La mitología
griega es el conjunto
de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos griegos
que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, los
orígenes y el significado de sus propios cultos y prácticas rituales. La
mitología griega aparece explícitamente en una extensa colección de relatos e
implícitamente en artes figurativas tales como cerámica pintada. Los mitos
griegos intentan explicar los orígenes del mundo y detallan las vidas y aventuras
de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas. Estos
relatos fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si
bien actualmente los mitos se conocen principalmente gracias a
la literatura griega y obras que los integran.
Los dioses mas sobresalientes son:
ZEUS: Rey de los dioses y gobernante del monte Olimpo; dios del cielo y el trueno. HERA: Reina de los dioses y diosa del matrimonio y la familia. POSEIDÓN: Señor de los mares, los terremotos y los caballos. DIONISO: Dios del vino, las celebraciones y el éxtasis. APOLO: Dios de la luz, el conocimiento, la música, la poesía, la profecía y el tiro con arco. ARTEMISA:Diosa virgen de la caza, la virginidad, el parto, el tiro con arco y todos los animales. HERMES:Mensajero de los dioses; dios del comercio y los ladrones. ATENEA:Virgen diosa de la sabiduría, la artesanía, la defensa y la guerra estratégica. ARES:Dios de la guerra, la violencia y el derramamiento de sangre. AFRODITA:Diosa del amor, la belleza y el deseo. HEFESTO:Maestro herrero y artesano de los dioses; dios del fuego y la forja. DEMÉTER:Diosa de la fertilidad, la agricultura, la naturaleza y las estaciones del año.
Un mito (del griego μῦθος, mythos, «relato», «cuento») es un relato
tradicional que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por
seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes,
monstruos o personajes fantásticos.
Daedalus (Dédalo)
Es un personaje de la mitología griega.
De familia real, Dédalo nace en Atenas y sobresale como un gran estudiante, por
lo que Atenea lo tomó bajo su tutela personal. Gracias a ello sobresale como
escultor, arquitecto, artesano e inventor.
El laberinto de Daedalus (Dédalo)
Dédalo partió a una isla llamada
Cretadone y fue muy bien recibido por un rey llamado Minos. En esos tiempos no
habían agricultores, arquitectos, Allí Dédalo se dedico a crear esplendidas
obras de arte. En aquellos tiempos, en la isla de Creta habitaba un terrible
monstruo, con cuerpo de hombre y cabeza de toro llamado "minotauro",
que sembraba terror en todas las islas. El rey Minos mando a Dédalo que hiciera
una construcción debajo de la tierra para encerrar al minotauro. Dédalo era muy
listo, asique se le ocurrió construir un laberinto en el que era imposible
encontrar la salida. Aquel laberinto tenia muchos pasadizos que no llevaban a
ningún sitio, una vez que se entraba al laberinto, era imposible salir. Cuando
el minotauro quedo encerrado, la tranquilidad volvió a la isla de Creta.
El rey Minos empezo a abusar de la
habilidad de Dédalo que cada día le mandaba mas trabajo y Dédalo ya estaba
cansado que cuando quiso irse de la isla, el rey no se lo permitió. Dédalo se
volvió un arquitecto y artesano muy famoso por haber construido el laberinto de
la isla Creta. En la mitología Griega, el laberinto de Creta fue
construido para esconder al minotauro.
Daedalus
y Icarus
Dédalo era un artista e inventor
ateniense que había aprendido su arte con la diosa Atenea en persona. Sin
embargo, le aventajaba su sobrino Talos, el cual siendo aún muy jóven, inventó
la sierra, el torno de alfarero y el compás. Celoso, Dédalo arrojó a Talos
desde el tejado del templo de Atenea y lo mató. Por esa razón fue desterrado
hallando refugio en la corte del rey Minos, donde tuvo, con una joven esclava,
un hijo al que llamaron Icaro.
Después de que Teseo matase al Minotauro, Minos encerró a Dédalo y a Ícaro en
el laberinto. La única forma de escapar del laberinto era por el aire, ya que
no tenía techo, por lo que Dédalo, construyó dos pares de alas con plumas y
cera. Luego de decirle a Ícaro que no volase cerca del sol, para que la cera no
se derritiese, ni demasiado cerca del mar, para que las plumas no se mojasen,
ambos partieron volando. Pero ante la exultante libertad, Icaro olvidó los
consejos de su padre y voló tan alto que el sol derritió sus alas y se
precipitó al océano, donde murió. Dédalo llegó a salvo a Sicilia y se
refugió en la corte del rey Cócalo. Minos lo persiguió, pero Dédalo, habiéndose
instalado en el palacio de tuberías de agua caliente, lo mató hirviendo el agua
mientras éste tomaba un baño.
Dédalo
y Perdix
Dédalo estaba tan orgulloso de sus
logros que no podía soportar la idea de tener un rival. Su hermana había dejado
a su hijo Perdix a su cargo para que aprendiese las artes mecánicas. El
muchacho era un alumno capaz y dio sorprendentes muestras de ingenio. Caminando
por la playa encontró una espina de pescado. Imitándola, tomó un pedazo de
hierro y lo cortó en el borde, inventando así la sierra. Unió dos trozos de
hierro por un extremo con un remache y afiló los extremos opuestos, haciendo
así un compás. Dédalo tenía tanta envidia de los logros de su sobrino que
cuando un día estaban juntos en lo alto del templo de Atenea en la Acrópolis,
aprovechó la oportunidad y lo empujó. Pero la diosa, que favorece al ingenio,
le vio caer y cambió su destino transformándole en un pájaro bautizado con su
nombre, la perdiz. Este pájaro no hace su nido en los árboles ni vuela alto,
sino que anida en los setos y evita los lugares elevados, consciente de su
caída. Por este crimen Dédalo fue juzgado y desterrado..
En la mitología griega, Prometeo
(en griego antiguo Προμηθεύς, ‘previsión’, ‘prospección’) es el Titán amigo de
los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses en el
tallo de una cañaheja, darlo a los hombres para su uso y posteriormente
ser castigado por Zeus por este motivo.
El Origen del
Hombre
Según algunos relatos el
creador del hombre fue Prometeo, el titán, que lo modeló con arcilla, y Atenea
sopló aliento de vida sobre la imagen de barro.
Prometeo
es el benefactor de la humanidad por excelencia. También ayudó a los hombres,
según el mito etiológico sobre el sacrificio, al engañar a Zeus haciendo que
éste decidiera escoger para los dioses la parte en apariencia más lustrosa del
buey que, en cambio, sólo contenía los huesos, mientras que dejó para los hombres
la parte más sabrosa de la carne: "Por eso en la Tierra, y desde entonces,
los hijos de los hombres queman los huesos desnudos de las víctimas sobre
altares perfumados". El hombre se queda con la carne mientras que los
dioses sólo reciben el humo de la grasa quemada.
Prometeo
además benefició al hombre entregándole el Fuego sagrado que había robado del
Olimpo, con el que dotó a los hombres de Inteligencia. También les enseñó las
artes y las ciencias.
Tras el
robo del Fuego, Zeus, enfurecido, castigó a los hombres enviándoles a través de
Epimeteo a Pandora como esposa (la primera mujer, en la mitología griega),
quien traía de parte de los dioses como regalo de bodas la famosa caja de
Pandora. (El mismo nombre de 'Pan-dora' en griego significa 'todos los regalos').
Pese a la advertencia de su hermano Prometeo de rechazar cualquier obsequio
procedente de los inmortales, Epimeteo hizo caso omiso y aceptó a Pandora quien
llevada de la curiosidad abrió la caja de donde salieron todos los males que
desde entonces aquejan a la humanidad. Sin embargo le dio tiempo a cerrar la
caja cuando sólo quedaba la esperanza, de donde existe el dicho de que 'La
esperanza es lo último que se pierde'.
En
cuanto a Prometeo, Zeus lo castigó encadenándolo en una roca en el Cáucaso,
donde todas las mañanas un águila le roía el hígado, que volvía a crecer
durante la noche.
Pandora
El mito
de la caja de Pandora se inicia cuando Prometeo se atrevió a robar el fuego que
portaba el dios Sol en su carro. Zeus furioso ordenó a diferentes dioses crear
una mujer que pudiera seducir a cualquier hombre. Hefesto la creó con arcilla y
le brindó formas sugerentes. Atenea la vistió elegante y Hermes le dio el don
de seducir para que finalmente Zeus le dé vida y la mande a la casa de
Prometeo.
Allí vivía junto a su hermano Epimeteo que a pesar de haber sido advertido de
la venganza de Zeus aceptó la llegada de Pandora y se enamoró hasta tomarla por
esposa. Pero Pandora traía con ella una caja con todos los males que puedan
contaminar al mundo de desgracias. Uno de esos elementos era la esperanza,
consuelo de quien sufre. Pandora presa de la curiosidad abrió la caja y así
dejó escapar sin quererlo todos los males. Los bienes subieron hasta el Olimpo
y junto a los dioses. La muchacha presa del pánico cerró la caja y quedó dentro
la Esperanza, que era necesaria para superar todos los males.
Pandora corrió hacia los hombres para intentar consolarlos, hablándoles de la
esperanza, explicándoles que siempre podrían acudir a ella ya que estaba bien
guardada.
Los
mitos de origen o mitos de creación representan un intento por hacer
comprensible el universo en términos humanos y explicar el origen del
mundo. La versión más ampliamente aceptada en la época, si bien un relato
filosófico del comienzo de las cosas, es la recogida porHesíodoen su Teogonía. Empieza con elCaos, un profundo vacío.
Con frecuencia, débiles barcos desaparecían en el estrecho de Mesina, que separa Italia de Sicilia , sorbidos en un cegador remolino o destrozados sobre las rocas ocultas por la niebla. Los marinos creían que en aquellas aguas vivían dos monstruos hambrientos: Escila y Caribdis (fig.1).
Resultaba difícil decidir cuál era peor: el remolino de Caribdis se bebía golfos enteros tres veces diarias, y barcos y hombres eran arrastrados a sus insaciables fauces. La rocosa Escila tenía seis cabezas, y sus dientes eran lo bastante fuertes para triturar el casco de cualquier embarcación. Caribdis era tan viejo que nadie recordaba cómo había llegado a ser el terror de aquellos mares. Pero los marinos conocían la triste historia de Escila, que no siempre había sido un mostruo.
En otros tiempos, Escila era una hermosa doncella, llena de dulzura, que jugaba alegremente en la playa. Un dios del mar llamado Glauco la observó una vez, sentada sobre una caleta, lavándose los bellos pies en las cristalinas aguas. Después de haber admirado su belleza desde lejos, nadó hasta ella y le habló con palabras lisonjeras. Pero Escila no quiso escucharlo. Le causaba temor la gran cola de pez del dios y sentía aversión por su cabello lleno de cizañas. Este dios era bastante vanidoso y le molestaba bastante que le ignoraran. Así que, empleando la magia, decidió obligar a la doncella a amarlo. En una isla no lejana vivía una hechicera, Circe, que se había mostrado siempre cordial con Glauco. Era tan poderosa que un toque de su varita mágica convertía a los hombres en cerdos, y el dios pensó que Circe podría darle un hechizo suficientemente fuerte para conquistar el corazón de Escila. Lo que ignoraba Glauco era que la propia Circe estaba enamorada de él y que no tenía intenciones de permitir, de manera alguna, que Escila llegara a ser su esposa.
Por fin, la hechicera le dio un brebaje mágico, prometiéndole que, si seguía sus indicaciones, Escila cedería sin duda a su seducción. De acuerdo con las instrucciones de Circe, Glauco vertió todo el contenido de su frasco mágico en la caleta donde acostumbraba a nadar la tímida doncella. Poco después, Escila entró corriendo al agua y, como no sospechaba peligro alguno, avanzó vadeando la caleta.
De pronto, la rodeó una jauría de perros que mostraban dientes amenazadores. Al principìo, gritó de terror y trató de repelerlos con las manos, pero entonces descubrió que aquellos repulsivos seres habían brotado de su propia cintura. Sus gritos de terror se volvieron en sonoros bramidos, mientras su cuerpo de bella muchacha se convertía en el de un repulsivo animal de seis cabezas. Desde luego, cuando Glauco vio esta transformación, la abandonó. Con el tiempo, la pobre Escila se convirtió en el animal salvaje cuyo medio de vida consistía en devorar a los marineros que arrancaba de las cubiertas de los barcos de paso.
En la mitología griega, Medusa (en griego
antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’) era un
monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a aquellos que la
miraban fijamente a los ojos. Fue decapitada por Perseo, quien después usó
su cabeza como arma hasta que se la dio a la diosa Atenea para
que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica,
la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que
aleja el mal conocido como Gorgoneion.
Mito
Cuenta la leyenda que Medusa era una mujer mortal,
hermosa y tentadora como el más dulce de los pecados. Tanta era su belleza que
Poseidón, dios del mar, queda prendado de ella y no descansa hasta conseguir
satisfacer su deseo, contra voluntad de la muchacha, en el templo de
Atenea.
Atenea, diosa de la pureza y castidad entre otras cosas, se
ve terriblemente ofendida y castiga a Medusa pues simbolizaba todo lo
contrario a ella.
Los cabellos de la joven se vuelven siseantes
serpientes, sus ojos de tal intensidad que si los miras fijamente, te
vuelves de piedra.